Vas a viajar a Egipto. Cuando tu avión desciende hacia El Cairo lo más posible es que un halo naranja te envuelva mientras el atarceder acaricia las infinitas y suaves arenas del Sahara que se mueven con el danzar del viento. Cientos aldeas de van dando forma al paisaje. Si aterrizas en la noche posiblemente veas millones de luces empequeñecidas por las de tres gigantes y milenarias pirámides y un halo de incomprensible de polvo. Si lo haces en pleno día te das cuenta que lo que está tras ese halo es una masa de viviendas asinadas, basura, desorden, contaminación y sin importar que tan lejos vayas nunca escapas de esto.
Entre los países que he visitado, unos 40, Egipto ha sabido dejar su marca en mi. Y no necesariamente por las razones correctas. Voy a ser franco: Este país no es un lugar agradable para estar. Cualquier persona que te diga lo contrario carece de perspectiva. Hombre, sí. Si estás en un hotel tipo Varadero esta bueno (lindo lindo) pero cuando sales te encuentras en un país lleno de horrores y placeres, cosas increíbles y cosas atroces. Todo en una misma calle. Una de las mayores y más ricas histórias de la humanidad acompañada por sus maravillas y asombros; y sin embargo uno no puede dejar de preguntarse “¿Qué es lo que todos ellos están haciendo mal? ¿Porqué están así de jodidos?”
La primera cosa que te impresiona de viajar a Egipto es cuan sucio es. Es una cochinada. Todo. El país completo. Por más que viajes al norte o sur del Nilo la cosa no va a cambiar. Calles llenas de basura, depósitos rebosados con restos de gaseosas (con animales como esqueléticos caballos comiendo de acá), latas, viejas botellas de plástico mezclada con orina y escupitajos de cientos de transeúntes.

Todo esto a la luz del día y no sólo en las ciudades. En tu viaje a las pirámides va a ser muy parecido. Acá la gente no tiene esta cultura/conciencia y tira basura por todos los monumentos por igual. La entrada a estos es tétrica. Pero adentro, aunque sucio, no esta tanta la magnitud ( A que no lo vemos en las fotos, ¿cierto?)
Así como el calor, la basura no mejora las cosas. Y con la basura vienen miles, millones de personas en todas partes. Es casi imposible cruzar una calle en el Cairo sin ser insultado, seguido por alguien que te quiere cobrar por algo, o cuasi golpeado por una moto, un caballo, un carro, u otra persona… Pero hay una tarea más imposible que esta: tratar de caminar cinco minutos sin una persona que te vaya a tratar de pedir plata.
Es enserio. Y cómo no , si esta es la segunda cosa que te va a impresionar de Egipto: La pobreza. Es real y está en todas partes. Esa pobreza que te incomoda y te quita un poco el aliento. ¿Entonces, cómo no te van a querer pedir plata? Acá es cuando no sabes si enfadarte o simplemente darles por compasión.Cuando camines en la calle, cuando estes en tu hotel, cuando vayas a coger un tren, cuando salgas del taxi… casi hasta cuando vayas al baño en tu habitación. Esto no va a parar. Nunca.
Y nunca es nunca. Puedes pensar que lo puedes manejar. Puedes pensar que es como los vendedores en Bocagrande (si has ido a Cartagena), puedes pensar lo que quieras. Vas a caer. Es inevitable. Como Facebook.
Con todo esto podrías creer que los primeros días los pasé en shock. Lo único que podía pensar es: “ ¿En qué momento todo este país se fue al caño?” digo, es uno de los países más antiguos, fue un poderoso imperio antes de que Europa tuviera pañales. No soy un experto, y sé que mi país tiene bastantes problemas, pero acá ¿Dónde está el gobierno? ¿Dónde hay un mínimo de bienestar para el común de la gente, como el pavimento en la calle de una ciudad?, ¿Dónde está la ONU y las organizaciones de derechos humanos? Desde pequeño había puesto a Egipto como uno de esos países exóticos y fascinantes para visitar. Lleno de templos, leyendas, aventuras e historia. Tal vez por esto nunca pensé en la realidad del país y ahí es cuando el país me dio una cachetada en la cara al momento de encararme con la fuerte verdad.
Una de las cosas más desgastantes es la forma como debes estar alerta en este país todo el tiempo. Y no hablo de que te van a robar. De hecho, caminando por las calles del Cairo nunca me sentí inseguro, pero sí muy incómodo. Esto es porque todos te van a ver como una máquina de dinero andante. Te van a tratar de cobrar más y te van a sacar la plata de formas que no has imaginado.
Sea como sea, te la van a sacar. Unas veces va a ser voluntaria, otras veces va a ser casi obligada. Desde cosas básicas como: un paseo a caballo o un paseo en camello; que digamos accediste a tomar un servicio, hasta cosas por las que no sabían que se pueden cobrar: Te dicen dónde queda la estación del tren que necesitas, te dicen en dónde quedan las tumbas que quieres visitar (¡Aunque ya estes adentro y la tengas en frente tuyo!), te señalan en dónde hay una paloma parada haciendo… nada interesante la verdad. Todos, absolutamente todos te van a cobrar y esperan recibir algo a cambio. Y no solo eso, lo que sea que les des, no les va a gustar y te van a pedir más.
Ten en cuenta que un egipcio te puede mentir en la cara con tal de sacar lo que quiera de ti. Y en su cultura esto no se ve mal o inmoral en ningún sentido. No te van a robar con una pistola. De hecho, nunca me sentí en peligro en Egipto y pude caminar tranquilo por las calles. Pero te van a decir amablemente lo que sea necesario para que te sientas cómodo y así les entregues, ya sea un poco/muy obligado, voluntariamente tu dinero.
Y son bastante buenos para esto.
Así que te aconsejo tener billetes chicos a la mano. De 5, de 10, y de 20. ¡Muchos! O sino vas a terminar pagando de a 50 en 50 por cosas que no has pedido.
Mis frases favoritas:
“Hola amigo, pareces Egipcio. ¿ Lo Eres?” (¿Venga, es enserio?)
“Amigo, de dónde vienes?” (¡No respondas! ¡Es una trampa!)
“Mira que te llevo a X” (Gracias amigo, gracias. Eres muy gentil. Adios)
“El lugar queda por acá, ven sigueme” (Gracias, ya lo sé. Estoy en una llamada, lo siento)
“¿Tienes ya tu tiquete?” …Sí, ya adentro de cualquier monumento hay gente que parece ser del lugar y se aproxima a ti. Por ejemplo: Las piramides, la esfinge, el valle de los reyes…. Te piden el tíquet y luego te comienzan a decir pendejadas. Es porque te quieren vender algo o te van a dar algún “consejo”. Algo inútil e innecesario. Basura. En el momento en que te comiencen a hablar ten en cuenta que si no los cortas de una vas a terminar pagándole por algo que no pediste, que no necesitas y que no fue útil.
Cuando sales de los monumentos una avalancha de vendedores te va a acosar. Si logras salir bien librado y huyes de los vendedores, no te preocupes, por que tu guía igual te va a querer vender algo. Así que en medio del tour preparate para que te pase con alguna excusa floja a algun taller o almacén. Tu piensa en un sitio inútil, que igual seguro él te va a llevar: Una joyería (¡Para que mires como ponen los jeroglíficos alrededor de la joya!), un almacén de papiro (¡Para que veas como se hace el papiro!), un taller de de rocas (¡Para que veas como tallan el Onix).
Todo va bien, te reciben con té (¡No lo tomes, es una trampa!) y te explican las cosas y procesos en dos o tres minutos de una forma súper amigable. Luego te comienzan a mostrar mercancía y ahí te das cuenta de lo que viene. La parte en la que te miran con esa mirada vacía y te dicen
“Bueno, y ¿Qué vas a querer? No hay compromiso, tu mira un rato y si no quieres comprar no pasa nada. Esto es amistad. Vienes con este super guía, creeme que no te vamos a obligar a comprar. ¡Sin presiones!”.
Mentira. Acá es cuando se vuelve todo bastante incómodo, ya que te dieron agua gratis, té, y “desinteresadamente” hablaron contigo. ¡Y todos parecen tan amables! Pero te van a arrinconar (literalmente) para que compres algo.
Media hora despues, si te fue bien, lograste salir sin nada. Si no (que es lo más posible) estarán bajando el precio más y más. En mi caso me ofrecieron una joya (de lata) por 70 dolares como un regalo “para mi novia/mamá/amiga/perro”. Llego el momento en que iba a salir por la tienda sin comprar. Todo bien y el hombre dijo que podía volver cuando quisiera. Segundos antes de cruzar la puerta me agarró del brazo. Me trajo dentro nuevamente a donde tomamos el té a decirme: “Como mi tienda es nueva y vienes con este super guía, podemos bajar a 30 dolares. No lo podía decir frente a los otros clientes” (Otra vez todo comenzó. Igual no lo compré).
No te preocupes. Sonríe y amablemente aprende a decir que NO ( Lá- shukran). Creo que esta es una buena experiencia para “endurecer” carácter. Simplemente di que NO. Si te pones a decir que luego vuelves o más tarde (cosa que acostumbramos en Colombia, por ejemplo) ellos se van a acordar de ti cada vez que pases. No seas grosero, no te enfades, pero no te dejes convencer ni llevar por la conversación. Di NO. Mil veces. Luego de mil descuentos y de mucha insistencia te dejan ir.
Por cierto, los guías reciben parte de estos precios super inflados y te van a llevar a los negocios de sus amigos (todos dicen que es porque son familia). Así que no se te haga raro que él sólo esté parado allí sin hacer nada, viendo cómo te asecha y riendo a sus adentros mientras toma maliciosamente el resto de su té. Del mismo modo, no se te haga raro que se cabree un poco/mucho si no compraste nada.
Como cualquier otra parte del mundo, los egipcios no son todos malos o buenos. Simplemente vas a tener más de cada extremo dependiendo de tu experiencia. Y esto es totalmente impredecible. A la vez que emocionalmente desgastante. La necesidad de estar constantemente alerta te lo cobra al final en tu tranquilidad emocional.
Creí que el problema en mi viaje a Egipto estaba en el Cairo, por ser una ciudad tan grande, desordenada y caótica. Después de todo, esto pasa en toda ciudad grande en la que he estado (Pero no a este nivel). Por lo que decidí bajar hacia Luxor para ver el campo y la rivera del Nilo.
La experiencia es incómoda desde el principio, ya que por LEY los turistas no pueden comprar tíquets en el tren diurno que baja hacia el sur en las taquillas de las estaciones de tren. ¿Porqué? Bueno, el pasaje en este tren cuesta unos $13USD, mientras que el nocturno cuesta $100USD. Ahí te das cuenta que obligan a los turistas a tomar un pasaje casi 10 veces más caro.. “a la brava”, como decimos nosotros. Puedes tratar de convencer a un local que te lo compre, no va a funcionar.
En todo caso, hay forma de tomar el tren diurno. La primera opción es abordar el tren y tratar de comprarlo abordo. No lo recomiendo. Estos trenes son los trenes viejos de España y Francia, son bastante destartalados y se llenan un MONTÓN. Entonces te va a tocar moverte entre sillas y vagones asignados llenos de olores exóticos. La segunda opción es comprarlo via web en la página oficial de trenes egipcios (AQUÍ). La ley que les comenté prohibe a venta al personal de la estación, pero no su venta por internet. Esta fue la que yo hice y no tuve mayor problema (A excepción de que la página es muy mala y se cae todo el tiempo. Sin embargo, es lograrle)

Los paisajes son lindos en ciertas partes, la riviera es tranquila, hasta que llegas a los asentamientos humanos. El esquema no cambia: Pilas de basura en todos lado (aunque en menores magnitudes), animales moribundos, calles sin pavimento, casas a punto de colapsarse, mendigos en las estaciones e incluso al lado de las vías férreas. Tu viaje va a seguir, reza para que el aire acondicionado funcione e ignora toda la gente que se trata de colar a primera clase, hasta que llegues a Luxor. Lleva comida, la que ofrecen en el tren… bueno para ser honesto, es una porquería. Y son unas 7 horas de camino.
El sur es más tranquilo y más bonito que El Cairo. Yo te recomendaría no ir allí a no ser por las pirámides. Pero con uno día basta. Arregla un tour a las pirámides (Los hoteles ofrecen unos que son el doble de caros. En especial si tienes que pagar en dólares). Luxor tiene muchos templos y tumbas impresionantes para conocer, por lo que te recomiendo te quedes acá más tiempo que en la capital y una vez te canses de toda la situación te recomiendo descansar en el Mar Rojo.
Como sea, igual en Luxor tienes la misma cosa: Todos dentro de los templos te van a querer llamar para que veas algo estúpido y esperan dinero por esto. Todos. Si no vas con un guía eres presa fácil.
Algo que pensé es que aunque estes sobornando a ese guardia en las tumbas para que te deje tomar fotos, sabes en el fondo que lo estas haciendo para mejorar su patético salario. Empecé a hacer cuentas. ¿Hasta qué punto estaría dispuesto a dar dinero para mejorar la vida de esta gente? Si sacaba 100 libras egipcias (unos 5 dólares), el precio por un kebab para un egipcio son 2 libras. ¿Hasta qué punto está bien ayudar? A fin de cuentas con esto va a comer.
Lo malo es que cuando sales a la calle llegan más vendedores tratando de venderte su basura inútil. O gente que te sigue cuadras y cuadras tratando de hables con ellos para engancharte en una conversación que va a terminar en un intento de venta o te ofrecen un paseo en su caballo. Y cuando miras el caballo es un pobre animal flaco lleno de cicatrices. Multitudes de gente esperan fuera del hotel a que un turista salga para preguntarle pendejadas y luego ofrecerles algo para comprar. Se acercan a ti desconocidos diciéndote que trabajan en el hotel y que te han visto, pero que no se pueden acercar a tí. Pero ahora que te ven afuera te piden si les puedes dar algo, porque no tienen para comer.
La solución a esto es sencilla: ponte unos audifonos, conéctalos a tu celular, sube esa canción al máximo y camina sin parar y sin mirar. Lo que no puedes ver u oir no te va a molestar. Trata de ignorar también a los animales maltratados.
Esta es la tercera cosa que te va a sorprender en tu viaje a Egipto: El maltrato animal puro y duro. Es impresionante la forma como se puede apreciar de frente. De esos que ves en los comerciales de las asociaciones de animales o en películas. Caballos flacos escupiendo babasa tirando de un carro con asiaticos adentro y comiendo de la basura en sus tiempos libres. Camellos con cadenas y moretones esperando que los turistas lleguen y paguen para tomarse una “linda foto con las piramides y un camello”. Una industria que seguimos alimentando y que les pido traten de evadir al máximo. Por una foto con un camello en las pirámides muchos están sosteniendo decenas animales esclavizados.
Pero bueno, no todo esta mal tampoco. Hay egipcios muy buena onda. Muchos van a ser honestos contigo (si no tratan de sacarte ningun provecho económico) y tendrán detalles que te conmoverán. Como Alí, el dueño de la pensión quien nos preparaba comida egipcia todas las noches completamente gratis para que gozaramos de una buena noche familiar. Mohammed, su hijo que me escoltó hasta la entrada de las pirámides para que no me molestarán personas que quisieran aprovecharse de mi. Joseph, un chico que me encontré a quien su padre le regaló un camello y me llevó hasta las piramides sin ningun costo, ¡Sólo para practicar inglés! Mi guía, que luego de darle una propina de 10 dolares se fue hasta su carro y me regaló una colección de documentales de Egipto, porque le conté que me gustaba la historia. Eso además de abrazarme por unos 5 minutos.
Visitar las pirámides y los templos es una experiencia impresionante e indescriptible. Por eso ni trato de hacerlo acá. Aún más, las tumbas de los faraones en el Valle de los Reyes. ¡Todo está casi intacto! Las paredes llenas de geroglíficos que conservan su pintura y detalles con historias de libros sagrados. Para mí se volvió una experiencia casi mística… Hasta que llega el guardia y quiebra esa conexión para mostrarte pendejadas.
Este país tiene mucho por mostrar al mundo, lástimosamente no lo está haciendo en este momento de la mejor manera. La situación se pone más dura para ellos después del 2011, pues “La Revolución” hizo que este país se tildara a nivel internacional de “peligroso” y su turismo se ha reducido en un 50% aproximadamente. Haciendo que la gente esté más necesitada, se vuelva más agresiva al tratar de negociar, más insistente. Los caballos se vuelven más flacos y un país que depende altamente del turismo se vuelve miserable.
Sin embargo, mi experiencia de viajar a Egipto me enseñó mucho más que historia. Me fortaleció la perspectiva, el carácter, la humildad, la tolerancia, la “viveza criolla” y me dio una experiencia de vida que no cambiaría.
Cuando vayas no seas tan inocente con la gente. No te enojes ni lo tomes personal y prepárate mentalmente para que esto haga parte de la experiencia. Gózate al máximo los templos y las tumbas, la inmensidad del desierto o las playas del Mar Rojo. Trata de tener una conexión en estos lugares y de aprender de ellos. Y cuando vengas venir ese guardia que te vio mirando la pared de lejos a preguntarte si eres Egipcio(a) o de dónde vienes, simplemente colócate tus audífonos de antemano y sigue caminando sin prestar atención a los llamados o la multitud que te va a rodear cuando salgas del templo. Sigue haciendo que tu experiencia cuente ya que ahora sabes, de antemano, cómo es la jugada para viajar a Egipto.