Se dice que la palabra Saudade no tiene traducción en ningún otro lenguaje que no sea portugués. Es más un estado emocional y una sensación, cosa que la hace casi imposible explicar. Pero es algo que se dice la mayoría experimenta al visitar Lisboa y por esto me ha venido rondando la cabeza. Así que, ¿Cómo explicar un sentimiento?
La capital portuguesa fue mi hogar por más de una semana (Y eso que al principio pensé quedarme únicamente 3 días a recomendación de mi hermana), pero esta decadente, activa y bella ciudad me atrapó con algo más que especial.
Para los que no han venido a Portugal, pues los otros estarán de acuerdo conmigo, Lisboa no te atrapa por sus extravagantes monumentos, romanticos canales llenos de góndolas, buses de dos pisos, opulentos palacios o fuentes y esculturas renacentistas. En Lisboa las reglas de Europa Occidental cambian y pasamos de lo macro a lo micro. En esta ciudad los detalles son los que roban tu corazón.
Ahora, manos a la obra…. Como no soy capaz de explicarles mi Saudade, trataré que ustedes lo experimenten por si mismos. Es por esto que les presentaré unas recomendaciones de qué hacer al visitar Lisboa para poder desarrollar este estado emocional en cada uno de ustedes y que así me entiendan luego de haber estado en este rinconcito del mundo:
- Comienza tu recorrido por la entrada a Baixa, el barrio del centro de la ciudad. Acá encontrarás increíbles calles llenas de tranvías que te pueden llevar hasta la Praça do Comercio, una de las más importantes de la ciudad. (El tranvía 28 es el famoso amarillo que todos ven en las fotos). Acá estaba el palacio de Lisboa y durante más años de los que puedas contar dio bienvenida a los viajeros del Tajo a través de su gigantesco Arco del Triunfo.
- Dirígete a Praça da Figueira en medio de Baixa. Es de las plazas más movidas de la ciudad. Aunque todo parezca que tiene sus añitos, un terremoto en 1755 arrazó con Lisboa, por lo que debieron reconstruir la mayoría de la ciudad, incluida esta plaza.
- No te pierdas el Hospital de las Muñecas (Hospital de Bonecas). Anteriormente en esta plaza estaba el hospital más grande de la ciudad. Luego que se vino abajo el hospital nunca se recontruyó. Sin embargo, la dueña de este local abrió un hospital para juguetes. Aunque su vitrina puede asustar un poco (
FREAAAAKY), es un local interesante que te puede sacar una sonrisa si conoces esta historia.
- Sigue tu recorrido por el Barrio Alfama, uno de los más icónicos de la ciudad con influencia musulmana y árabe. Acá entre escaleras, abuelas, gatos y fado puedes perderte buscando pequeños detalles que te quitan el aliento. Como azulejos bellamente pintados ( ¿Recuerdas que te dije que eran típicos de la cultura portuguesa?) y dejados un poco por el tiempo o variados miradores que dan al rio Tajo.
- Baja a la Catedral de la santa Sé. Un lugar donde puedes descansar un poco de ese cardio que favoreció a tus gluteos en Alfama. Si quieres puedes ir al mercado local que queda a pocas cuadras de allí. De más que te animas a comprar alguna baratija o encuentras alguna cosa curiosa.
- Como es hora de almorzar a estas alturas te cuento que la especialidad de la cocina de Lisboa es el Bacalhao. Personalmente tengo dos favoritos: Bacalhao á Bras y Bacalhao com Natas. Prueba ambos que estan bastante buenos y son bien deliciosos (Y BARATOS!).
- La ciudad tiene cientos de lugares para admirarla, debido a su ubicación entre 7 colinas. Mi favorito es el Parque Eduardo VII, un bello complejo de jardines con vista a la ciudad.
- Si lo que quieres es tejados y colinas puedes hacerlo en Portas do Sol, o encontrar tu propio mirador personal. Entre los más conocidos están: Sainta Luzia, Sao Pedro de Alcantara y Graça.
- Si lo tuyo es la literatura debes ir al Café A Brasileria, donde encontrarás la estatua de Fernando Pessoa. Este es uno de los detalles que me alegra el corazón, pues fue en este café donde el maestro Pessoa tomaba su absenta mientras escribía muchas de sus obras. Anímate, entra y tómate un café.
- No te pierdas la oportunidad de ir a un espectaculo de Fado en las Casas de Fado, ubicadas en los barrios de Alfama, Mouraria y Barrio Alto. Fado es la música más tradicional de Lisboa. ¡Incluso se dice que es la expresión del alma de esta ciudad! Estas nostálgicas melodias cantan temas como: Lo que se fue, el imperio perdido, la patria que pudo ser, el hombre que perdió su gloria y los malos y melancólicos momentos de la vida. Se toca acompañada de la guitarra portuguesa y la viola española. La mayor exponente de este genero: Amália Rodrigues.
- Si eres uno de esos “hipsters” o sólo que quieres es caminar por un barrio bohémio te recomiendo Chiado, comparado muchas veces con el Montmartre de París.
- Ya que estas allí, habla con una de las abuelas del barrio. Preguntale por su historia y a cambio toma Gijinha con ella, un licor tradicional de la capital del país.
- Una vez cae la noche ten presente que su vida nocturna es bastante movida. Puedes dirigirte a Barrio Alto, especialmente a la Rua da Rosa, una calle de color rosa (Enserio. El piso es rosado) donde hay bares, pubs y discotecas llenas de todo tipo de gente para todo tipo de gustos.
- Si tienes tiempo te recomiendo la pasada por Belem y Sintra. Dos pueblos no muy lejos del centro de Lisboa. Vale la pena visitarlos con toda. Uno es hogar del famoso “pasteis de nata” (
¡DIOOOOS, COSA DELICIOSA!), monasterios e increíbles monumentos. El otro es un pintoresco pueblo en las montañas, hogar de un imponente castillo, un palacio de cuento y una surreal atmósfera.
Señoras y señores, con esto terminó una aventura por Lisboa de la cual estoy seguro comenzarán a sentir Saudade una vez la acaben y así me entenderán un poco más cuando relean este post. No sabrás si se te alegra o se te entristece el corazón cuando recuerdes estas y muchas más experiencias que habrás tenido en esta intensa ciudad. Sin embargo, he descubierto que la mejor cura para dejar de sentir Saudade es muy sencilla: ¡Volver a visitar Lisboa!